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De la playa de Foxos a la playa de Torbas

Son muchos los atractivos que el sendero costero de Asturias (incluido en el GR E-9) ofrece al caminante. De algunos de ellos ya hemos ofrecido alguna muestra en anteriores artículos. La propuesta que hoy os proponemos discurre por el concejo de Coaña, por un itinerario que nos permitirá visitar playas poco concurridas, como la de Foxos, Arnelles, La Figueira o Torbas; caminar por las empinadas estampas de Ortiguera o deleitarnos con los abruptos acantilados que se adentran en el Cantábrico.

Características
  • Tipo: lineal
  • Dificultad: ▲▲▲▲
  • Itinerario: playa de Foxos - Ortiguera - Medal - Loza - playa de Torbas - Medal - Loza - Ortiguera - playa de Foxos
  • Señalización: buena
  • Sendero homologado: forma parte del G.R. E-9
  • Distancia: dieciocho kilómetros
  • Duración: cuatro horas y media

Situación y distancias


Distancias por carretera a Coaña, capital del concejo del mismo nombre

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Cómo llegar al punto de partida
El acceso a la localidad de Foxos, situada a unos nueve kilómetros de la capital del concejo, se realiza por la carretera local CN 4, que pasa al lado del hospital comarcal de Jarrio. Una vez en Foxos, tomaremos el desvío que tras recorrer seiscientos metros nos conducirá a la playa, lugar donde podremos estacionar el vehículo (ver mapa).

No está nada mal para empezar: esperábamos una playa recogida entre dos brazos de acantilados y encontramos una inmensa llanura de averdosadas aguas que se adentra hacia el sur centenares de metros. Una estrecha línea de escollera limita el encuentro de la playa con la ría de Navia. Enfrente, los gemelos arenales del vecino concejo.


No; no está nada mal para empezar; pero tenemos caminata por delante, así que empezamos a andar carretera arriba en dirección a Ortiguera. Antes de llegar a esta localidad marinera, cuyo faro asoma una y otra vez ante nuestros ojos, nos encontramos con la playa de Arnelles, o Arnielles, que de las dos formas la hemos visto citada.



El acceso al arenal con forma de concha exige descender por una escalinata con decenas de peldaños. Otros tantos habrá que subir para continuar nuestro camino. Cierto es que, una vez arriba y echada la vista atrás, concluyamos que el esfuerzo ha merecido la pena.

Atrás queda, ciertamente, la concha de Arnelles y, más allá, el litoral naviego; al frente, el cabo de San Agustín, un espléndido mirador sobre el Cantábrico presidido por los dos faros, el antiguo y el moderno. En las proximidades se encuentra la capilla de San Agustín, una construcción del siglo XVII que, según parece, vino a sustituir a una antigua ermita levantada en las proximidades.












Desde este privilegiado mirador podemos contemplar la zona de Ortiguera que asciende del puerto hacia La Cabana, lugar donde se encuentra el inicio del sendero señalizado que hemos de tomar. No obstante, antes de dirigirnos hasta allí, decidimos caminar por el barrio de El Cambaral para contemplar las bien conservadas construcciones que allí se localizan.

Siguiendo en dirección sur la carretera del Faro, nos encontramos tres casonas de indianos dignas de ser destacadas. La primera, conocida como Quinta Jardón, testimonia el éxito alcanzado por la estirpe de José María Jardón, marino de la villa enriquecido con el comercio en Argentina. Sus hijos retornaron a la zona parte de la fortuna, construyendo escuelas, parques y carreteras; los vecinos, agradecidos, premiaron a uno de ellos encargando al mismísimo Mariano Benlliure el busto de Fernando Jardón Perissé que desde 1926 preside el parque situado en las proximidades de la Quinta.



No lejos del lugar encontramos otras dos edificaciones que han tenido distinta suerte. La una , conocida como Villa Arbosa, se defiende como puede de las amenazas de ruina total que se ciernen sobre ella; la otra, parece que ha asegurado su pervivencia gracias a los nuevos usos hosteleros a los que ha sido destinada.












Regresamos sobre nuestros pasos para dirigirnos hacia la zona conocida como La Cabana. En la subida contemplamos la zona del faro. No tardando encontramos el sendero. Avanza primero hacia el oeste para girar de pronto hacia el sur, camino de Medal. Abandonamos la línea de costa y se nota, pues el paisaje se tiñe de un verde intenso, moteado por las negras pizarras de las techumbres, la coloreada fachada de alguna vieja escuela reconvertida o el blanco aleteo de las omnívoras gaviotas.





El camino vuelve a aproximarse a la costa, al acantilado de A Figueira. Abajo, la playa del mismo nombre, depósito de cantos y gravas que prácticamente desaparecen durante las pleamares.

Tras una fuerte pendiente, que por supuesto luego habremos de ascender, salvamos un arroyo por un puente de madera y nos adentramos en un inesperado bosque de ribera.













A la salida entraremos en Loza. Dejamos atrás las antiguas escuelas, rehabilitadas no hace mucho, y caminamos en dirección a la playa de Torbas, una preciosidad de playa, de grava y arena, de casi un kilómetro de longitud.

Como quiera que la senda que nos habría de conducir hasta la playa de Castello, en el límite con el concejo de El Franco e inicio de otra ruta aquí contada, se encuentra cortada por los destrozos ocasionados por un desprendimiento, la playa de Torbas se convierte en el lugar de retorno de esta sugerente caminata por el litoral del concejo de Coaña. Toca, pues, emprender el camino de vuelta.

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